Cancún se aproxima a cumplir dos años consecutivos con indicadores turísticos a la baja, en medio de críticas constantes de los principales líderes del sector por la reorientación en la estrategia de promoción que, aseguran, no ha atendido las advertencias del gremio.
Desde marzo, voces como la de Rodrigo de la Peña, presidente de la Asociación de Hoteles de Cancún, han insistido en que los desafíos del destino requieren una respuesta integral, especialmente en promoción, seguridad y migración. Durante su toma de protesta, advirtió que la estrategia del Consejo de Promoción Turística de Quintana Roo (CPTQ) debía revisarse a fondo.
Las preocupaciones no son nuevas. Empresarios como Josué Osmany Palomo, dirigente de Coparmex en Chetumal, así como figuras históricas del turismo como José Chapur Zahoul, Jesús Almaguer y Abelardo Vara, habían advertido una pérdida de competitividad frente a destinos del Caribe como Punta Cana. Para ellos, el problema no es solo la evolución del mercado o las plataformas digitales, sino la falta de una campaña robusta que reposicione al estado.
Aunque las autoridades del CPTQ han atribuido el freno en la llegada de visitantes a factores externos —como fenómenos meteorológicos, retrasos en la entrega de aeronaves o el creciente interés de estadounidenses por viajar a Europa—, otros destinos igualmente afectados, como República Dominicana, han logrado mantener un crecimiento sostenido.
Una estrategia que dividió al sector
El giro del CPTQ para centrar la promoción en el entretenimiento y unificar la imagen del estado bajo la marca “Caribe Mexicano” provocó inconformidad entre hoteleros y especialistas. Señalan que esta visión beneficia principalmente a Cancún y Riviera Maya, donde existe una amplia oferta de ocio, pero deja en desventaja a zonas cuyo atractivo es diferente, como Holbox, Cozumel, Bacalar o Mahahual.
Estos destinos emergentes, que esperaban despegar con el impulso del Tren Maya y el nuevo aeropuerto de Tulum, han visto frenado su posicionamiento. La Gran Costa Maya, que agrupa a Chetumal, Bacalar y Mahahual, es considerada actualmente una de las regiones más afectadas por la caída en la ocupación.
Además, el abandono de las 12 sub-marcas tradicionales para centralizar toda la narrativa turística bajo una sola enseña también ha generado críticas. Expertos señalan que los viajeros internacionalmente identifican destinos como Cancún, Riviera Maya o Tulum, y que diluir nombres tan fuertes en un paraguas general puede afectar la claridad del mercado.
Incluso advierten que esta estrategia ha terminado, de manera indirecta, beneficiando a los competidores del Caribe, ya que se promueve a la región como un todo y no con la fuerza individual que antes caracterizaba a Quintana Roo.
El descontento creciente del sector turístico coincide con el inicio de la tendencia a la baja, lo que ha comenzado a impactar en la evaluación pública de la gobernadora Mara Lezama. La insistencia de empresarios y especialistas en replantear el rumbo de la promoción turística llega en un momento clave: México será el país invitado en Fitur, uno de los escaparates globales más importantes, impulsado por la Secretaría de Turismo federal.
Mientras los competidores del Caribe intensifican sus campañas y los mercados clave como Estados Unidos refuerzan la promoción interna para atraer a sus propios viajeros, Cancún y el resto de Quintana Roo enfrentan un escenario en el que la estrategia actual deberá revisarse si se busca recuperar el dinamismo que históricamente ha distinguido al principal destino turístico de México.




